Sentada en un restaurante, comiendo BBQ japonesa, abrí ChatGPT y me puse a aprender a disparar en manual. Pista: me queda muchísimo por aprender y sí, hay fotos que han salido regulín… pero por algo se empieza, ¿no?
Paso 1: Acepta que vas a fallar enfoque Si la foto sale borrosa, no pasa nada: la llamas “artística” y sigues. Lo importante: entender que el enfoque no es automático (ojalá) y que tienes que decirle tú a la cámara qué quieres nítido. Truco de novata: busca siempre un punto de contraste (ojos, texto, bordes) y enfoca ahí.
Paso 2: Hazte amiga de la luz Si quieres más luz: abre diafragma o baja velocidad. Si quieres congelar movimiento: sube velocidad (aunque entre menos luz).
Paso 3: Un cambio cada vez No toques todo a la vez o nunca sabrás qué ha funcionado. Elige: hoy juego con apertura. Mañana, con velocidad.
Paso 4: Bautiza tus cagadas Foto quemada, foto movida, foto subexpuesta… Ponles nombre. Cuanto antes sepas reconocer “ah, esto es una foto quemada”, antes sabrás qué corregir en la siguiente.
Antes hecha que perfecta. Si la foto sale borrosa, cero drama: la llamas “artística” y sigues.
Subí más de 270 escaleras para sacar la foto perfecta: buen tiempo y las 6:30 de la mañana para esquivar a medio planeta en la famosísima pagoda de Takayama. Y nada, después de todo eso… la foto salió así.
Estaba disparando a contraluz, así que la cámara ha expuesto para el cielo y ha dejado árboles y montaña demasiado oscuros.
Ha entrado luz de lado en la lente y eso ha creado ese “velo” suave que baja el contraste.
La escena tenía muchísimo contraste (cielo brillante + suelo oscuro), y para ser de primeras en analógica… era nivel difícil.